Otelo en tiempos de feminicidio e impunidad

María Sandoval (Emilia) y Sofía Sylwin (Desdémona)

La convención dicta que Otelo ha de ser representado como un hombre esencialmente bueno que cae en la red de intrigas tejida por Yago, uno de sus subalternos, quien motivado por la ambición se mete en su cabeza para propiciarle celos —ese «demonio de ojos verdes que se burla de la carne de la que se alimenta»—, con el objeto de hacerle caer en desgracia. Otelo, como es sabido, mata a su esposa Desdémona al sentirse traicionado y deshonrado por su supuesta infidelidad.

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